Historia de Nueva York

Los primeros testimonios sobre Nueva York cuentan que el navegante de origen florentino Giovanni da Verrazano (que da nombre a uno de los principales puentes de la ciudad) llegó con una expedición hasta la bahía de Nueva York, a la que bautizó Nueva Angulema, en honor al monarca francés que había financiado su expedición, Francisco I.

Unos años después, el inglés Henry Hudson, en nombre de la Compañía de las Indias Orientales holandesa, fue en busca de un paso a Asia por el oeste y lo que encontró fue a bahía de Nueva York, que remontó a través del río que hoy lleva su nombre. De este modo dio comienzo la ocupación holandesa de ese espacio a orillas del Hudson, que tendría lugar unos años más tarde.

Casas coloniales en la antigua Nueva York.

Casas coloniales en la antigua Nueva York.
Fotografía: VCU Libraries

De Nueva Amsterdam a Nueva York

En 1614 sería fundada, oficialmente, la colonia holandesa de Nueva Amsterdam. A ella llegó desde Europa un grupo de familias protestantes que se establecieron en la zona, pero de forma muy dispersa y precaria. Sería en 1626 cuando Pierre Minuit, según se cuenta, comprase la isla de Manhattan a los indios manahattoes que allí vivían por un precio irrisorio y se convirtiera así en el fundador oficial de la ciudad.

Pero la gestión en la colonia no era eficaz y pronto la prostitución, el juego y los ataques de los indios se convirtieron en habituales en la vida cotidiana de Nueva Ámsterdam. Finalmente, tras la pugna entre holandeses e ingleses por hacerse con el control marítimo de la zona y la victoria de estos últimos, Nueva Ámsterdam fue rebautizada como Nueva York, en honor al duque británico.

El desarrollo comercial y la independencia

Desde entonces, Nueva York creció rápidamente gracias a un comercio diversificado dirigido, fundamentalmente, por los puritanos que se habían instalado allí escapando de las persecuciones religiosas en Europa. Especialmente importantes fueron la harina y el comercio de esclavos africanos.

La Estatua de la Libertad en Nueva York.

La Estatua de la Libertad daba la bienvenida a todos los viajeros que llegaban a Nueva York.
Fotografía: joiseyshowaa

Cuando comenzó la Guerra de Independencia, Nueva York era el centro de operaciones de los británicos, pues concentraba un alto número de leales a la corona británica. No obstante, al final de la guerra el primer presidente de Estados Unidos, George Washington, prestaría juramento en el balcón del Federal Hall.

La inmigración como motor del crecimiento

A lo largo de todo el siglo XIX fueron llegando a la ciudad numerosos inmigrantes procedentes de todas partes de Europa, lo que obligó a extender el trazado de las calles por Manhattan para ocupar toda la isla y poder darles cabida.

Inmigrantes llegando a Nueva York.

Inmigrantes llegando a Nueva York en barco.
Fotografía: Flodigrip’s world

Tras la Guerra Civil, Nueva York siguió recibiendo inmigrantes hasta que a finales del XIX terminó delimitando los cinco distritos o boroughs que hoy conocemos: Manhattan, Bronx, Queens, Brooklyn y Staten Island.

Nueva York, centro financiero mundial

Durante todo el siglo XX, a pesar delas dos grandes crisis económicas en 1929 y 1970, Nueva York experimentó un despegue económico sin precedentes, convirtiéndose en referente mundial para la industria y las finanzas gracias a Wall Street. Fue entonces cuando comenzaron a construirse los grandes rascacielos que hoy podemos admirar, como símbolo del poder económico de una ciudad que a finales de este siglo terminaría siendo, para muchos, la más cosmopolita del mundo.

Historia de Manhattan, Nueva York

Manhattan en los años sesenta.
Fotografía: John Atherton

Los atentados del 11 de septiembre: el renacer de Nueva York

El 11 de septiembre de 2001 marcaría para siempre la historia de Nueva York, que se vio paralizada por los atentados que destruyeron el World Trade Center. A pesar de todo, la ciudad supo recuperarse del golpe y tras varios meses retirando escombros de la llamada Zona Cero, ya se están construyendo nuevos rascacielos en el lugar, además de un memorial en homenaje a las miles de víctimas. Actualmente, Nueva York ha vuelto a convertirse en uno de los destinos favoritos de los viajeros.