El Museo Guggenheim de Nueva York pertenece a la misma Guggenheim Foundation que gestiona los de Bilbao, Venecia y las Vegas, y alberga una de las mejores colecciones de arte moderno de Nueva York, pese a la competencia del MoMA, el Museo de Arte Moderno.
Este ondulante edificio, articulado por una rampa central en forma de espiral que conecta las diferentes plantas, es obra del arquitecto Frank Lloyd Wright y fue inaugurado en 1959, entre las protestas de los vecinos, que no querían semejante mole blanca en mitad de sus casas, y las críticas de periódicos como el New York Times, que por aquel entonces ridiculizaban su estilo «demasiado moderno» y la dificultad de exhibir allí las obras por la curvatura de sus paredes.
La idea de la construcción del museo se la debemos a su fundador y mecenas, Solomon R. Guggenheim, que decidió exponer al público las obras de arte abstracto que había ido coleccionando durante décadas (de hecho, el de Nueva York fue el primer Museo Guggenheim del mundo) y que hasta entonces se guardaban en el Museo de Pintura No Objetiva.
Solomon R. Guggenheim nunca llegó a ver terminado el museo, pues numerosos problemas (entre ellos, la Segunda Guerra Mundial) demoraron la construcción del edificio casi 16 años.
La importancia del edificio radica en que fue el primero en lograr mantener una estructura plástica con la forma completa de una espiral. La luz también fue un elemento muy estudiado por Frank Lloyd Wright, que diseñó el lucernario con forma de cono invertido que corona el edificio y que ilumina todas las salas.
A la colección inicial del museo se fueron sumando con el paso de los años otras obras, entre las que se encuentran cuadros de Kandinsky, Chagall, Polock, Van Gogh, Mondrian, Picasso, Modigliani, Matisse o Miró, y otras colecciones, como las de Peggy Guggenheim o Robert Mapplethorpe.
Una de las características de los museos de la Fundación Guggenheim es que sus exposiciones son cambiantes debido al intercambio de obras entre ellos, por lo que no siempre podremos admirar las mismas obras en cada museo. La propia fundación considera que este dinamismo contribuye a enriquecer la percepción artística del visitante.
En 2008 se concluyeron las obras de restauración del museo, que había sufrido un largo proceso de deterioro en las últimas décadas. Actualmente puede visitarse en el interior una exposición que explica este proceso de reconstrucción y exhibe algunos de los instrumentos y herramientas utilizados durante la misma.