Uno de los lugares que más llama la atención encontrarse en medio de la jungla de rascacielos que es Manhattan es la Catedral de San Patricio (St. Patrick’s Cathedral), cuyo aspecto contrasta con el de los enormes edificios del Rockefeller Center.

Fachada de la Catedral de San Patricio.
Fotografía: jadepalmer
Se trata de una catedral neogótica construida en el siglo XIX y llamada así -como podéis suponer- en honor al patrón de Irlanda. Es la catedral católica más grande de Estados Unidos y sede de la archidiócesis de Nueva York.
En su construcción el material más empleado fue el mármol blanco procedente de Massachusetts.

Interior de la Catedral de San Patricio.
Fotografía: Colin Gordon
La catedral fue levantada para sustituir a la vieja iglesia de San Patricio, que había sido destruida por un incendio, pero finalmente esta segunda iglesia fue reconstruida y es la que actualmente conocemos como Old St. Patrick’s Cathedral (está en la zona del Soho), así que en Nueva York tenemos dos catedrales de San Patricio.
Aunque viendo los altísimos rascacielos que hoy rodean la catedral nos resulte increíble pensarlo, en su momento se construyó con la idea de que sus dos torres de 100 metros de altura dominaran el skyline neoyorkino.
¿Qué ver en la catedral de San Patricio?
- La Piedad que se encuentra en el interior ¡es tres veces mayor que la del Vaticano!
- El inmenso órgano del coro, que data de principios del XX y tiene casi 4.000 tubos, y el órgano de la Gran Galería, con casi 6.000.
- El altar de San Luis y San Miguel, diseñado por Tiffany & Co.
- En 1979 Juan Pablo II visitó la catedral y actualmente se conserva un busto conmemorativo en ella.

Los fieles realizan sus plegarias en la Catedral de San Patricio.
Fotografía: torbakhopper
Durante los años treinta la catedral fue ampliamente restaurada y el altar original se eliminó reemplazándolo por el que hoy podemos contemplar, mucho más grande y visible para los fieles, pues se encuentra en el centro del presbiterio.