La Grand Central Station es una de las estaciones de tren del mundo con mayor número de andenes, y conocida por su precioso edificio de estilo beaux-arts. Desde luego, es una visita imprescindible en Nueva York, por su impresionante arquitectura y por su historia, que la convirtieron en Monumento Nacional en 1976.

Entrada a la Grand Central Station.
Fotografía: Darren Johnson
Fue inaugurada en 1913, sustituyendo a la antigua estación donde funcionaban los trenes de vapor, que fueron reemplazados por los eléctricos.
La fachada
La fachada de la Grand Central Station es impresionante, especialmente por su frontón de piedra caliza en el que están representados varios dioses de la Antigüedad Clásica. En medio de ellos, un reloj de 4 metros de diámetro hecho con cristales de Tiffany’s. La fachada de la estación emula un arco del triunfo romano, recibiendo a los viajeros como puerta de entrada a la ciudad.
El interior
Al igual que la fachada, el interior de la Grand Central Station también es una auténtica obra de arte, donde destaca el techo abovedado de la galería principal, decorado por el artista Paul Helleu. En él se representa el cielo y las constelaciones y es una de las imágenes más reconocibles de Grand Central Station.

Interior de la Grand Central Station.
Fotografía: Ray_from_LA
No debéis perderos tampoco la Whispering Gallery o Galería de los Susurros, donde la acústica es tan buena que puede escucharse cualquier susurro desde un extremo al otro.
Por último, hay que pararse en el vestíbulo principal, de 84 metros de largo y decorado en mármol rosa, donde se encuentran las taquillas de venta y una oficina de información, y desde donde podremos contemplar el continuo ir y venir de viajeros por la estación.

Casa de cambio en Grand Central Station.
Fotografía: Phillip Capper
Aunque en los años 50 la Grand Central Station estuvo a punto de ser derruida debido al auge en el uso del automóvil, se decidió revitalizar la estación con tiendas y restaurantes que la salvaron de la demolición y que hoy en día siguen contribuyendo a atraer un gran número de visitantes que simplemente acuden a sus instalaciones para admirarse con su hermosa arquitectura, hacer unas fotos o tomar algo en este histórico lugar de Nueva York.