En la antigua mansión del magnate del acero Henry Clay Frick se ubica hoy la Frick Collection, uno de los mejores museos de Nueva York, pues alberga una de las colecciones de arte más importantes del país. El edificio, obra del arquitecto Thomas Hastings, abrió al público en 1935.
Una vieja mansión que guarda grandes obras
Ya solo la casa y su magnífica decoración impresionan; durante la visita recorreréis todas las estancias (16 en total), incluyendo el hall de entrada, la librería, el jardín interior o el salón, a lo largo de las cuales se distribuyen obras de artistas tan relevantes como Bellini, Goya, El Greco, Veronés, Tiziano, Renoir o Rembrandt.

Edificio de la Frick Collection.
Fotografía: Rev Stan
Además, también podréis ver numerosas esculturas, porcelanas y otros objetos decorativos de gran valor, incluyendo muebles del siglo XVIII y alfombras persas.
Tanto el edificio del museo como su colección se han ido ampliando desde el fallecimiento de Henry Clay Frick, aunque la mayoría de pinturas todavía siguen colocadas según él las puso y en las adquisiciones que se han realizado tras su muerte el museo siempre ha tratado de preservar su esencia estética.

Exteriores de la Frick Collection.
Fotografía: Andres Alvarado
Visitando el museo se percibe su preferencia por los temas paisajísticos y los retratos, entre los que destacan obras tan importantes como el famoso retrato de Felipe IV en Fraga de Velázquez o el Jinete Polaco de Rembrandt. Tampoco os perdáis el San Juan Evangelista de Piero della Francesca, la serie de El progreso del amor de Jean-Honoré Fragonard ni los tres cuadros de Vermeer, Militar y muchacha riendo, La lección de música interrumpida, Mujer joven con una sirvienta que entrega una carta, todo un logro teniendo en cuenta la reducida obra de este último.
Visitar la Frick Collection
A la entrada podéis haceros con una audioguía en español de forma gratuita.
Si vais con niños al museo debéis tener en cuenta que no se permite la entrada a menores de 10 años.

Jardines de la Frick Collection.
Fotografía: t-mizo
Os recomendamos no perderos este pequeño museo de Nueva York que, sin duda, os sorprenderá tanto por los tesoros que alberga como por su bellísima arquitectura, que contribuyen a crear una atmósfera única para el visitante.