La Catedral de San Juan el Divino (Cathedral of St. John the Divine) es el mayor templo neogótico del mundo y la sede del arzobispado de Nueva York.
Sorprende que a estas alturas siga inacabada, especialmente cuando sus obras comenzaron allá por el siglo XIX. Por algo se la conoce también como St. John the Unfinished, y es que los continuos retrasos en su construcción debidos a problemas con la financiación desembocaron en cambios en el estilo arquitectónico de la catedral, que se pensó como románica y terminó inspìrándose en las grandiosas catedrales góticas de Francia (si os fijáis en la fachada, se aprecia fácilmente esta mezcla de elementos propios de una y otra corriente), pero nunca se ha llegado a terminar (hoy en día se sigue trabajando en ella).

Coche de policía frente a la Catedral de San Juan el Divino.
Fotografía: Thomas Claveirole (Flickr CC)
El exterior
En la fachada de la catedral destaca el inmenso pórtico, el Portal del Paraíso, que representa a San Juan y otros personajes bíblicos. Además, llama la atención el gran rosetón, hecho con miles de piezas de vidrio coloreadas y de más de doce metros de diámetro, el mayor de Estados Unidos.
En el jardín que rodea la catedral encontraremos la Fuente de la Paz, que representa la lucha entre el Bien y el Mal encarnada por el arcángel Miguel y por Satanás.
El interior
En el interior de San Juan el Divino destacan las siete capillas del deambulatorio, las Capillas de las Lenguas, que representan a cada uno de los siete grupos étnicos que emigraron a la antigua Nueva York: alemanes, daneses, irlandeses y escoceses, franceses, italianos, españoles y africanos y asiáticos.
También hay que visitar la Capilla del Trabajo, dedicada a doce bomberos que murieron en 1966 y que se ha convertido en lugar de conmemoración también para los que fallecieron en los atentados del 11 de septiembre de 2001.
A través de una escalera de caracol accederemos al mirador de la catedral, desde el que obtendremos unas estupendas vistas de los alrededores gracias sus 70 metros de altura.
Hace unos años la catedral sufrió un incendio que obligó a cerrarla al público hasta 2008, cuando reabrió sus puertas, para alegría de los neoyorquinos, para los que ya es tradición acudir al concierto que se celebra en ella el día de Nochevieja.
Existen varios tipos de visitas guiadas por la catedral; para apuntarse hay que dirigirse al mostrador de la entrada o reservar con antelación en su web.